Una vez cocido tenemos mucho cuidado con todo los utensilios que usemos y estén en contacto con el mosto, hay que desinfectarlos bien.
Una vez que hemos conseguido la densidad deseada enfriamos el mosto alrededor de los 25ºC, el método para enfriar es en un balde con hielo y agua fría (aún no teníamos montado el enfriador por contracorriente), se intenta enfriar en el menor tiempo posible. Tuvimos suerte, el agua del pueblo en invierno está a baja temperatura de este modo pudimos utilizar poco hielo.
Una vez el mosto frío, este se tira desde cierta altura en el cubo de fermentación y se agitar durante 15 min para que se oxigene lo más posible.
Una vez el mosto frío, este se tira desde cierta altura en el cubo de fermentación y se agitar durante 15 min para que se oxigene lo más posible.
Medimos la densidad y aplicando el indice de corrección de temperatura (+1) es de 1071. Como vemos que es una densidad adecuada para el tipo de cerveza que estamos elaborando decidimos que no hay que añadir agua para rebajar la densidad y aumentar el volumen, nos quedamos con 9 litros finales.
Después nos damos cuenta que podíamos a ver ajustado un poco más la densidad, hasta los 1065, añadiendo un litro más antes de que empezara la fermentación.
Después nos damos cuenta que podíamos a ver ajustado un poco más la densidad, hasta los 1065, añadiendo un litro más antes de que empezara la fermentación.
Continuamos con la fermentación.
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